martes, 18 de septiembre de 2012

18-09-2012

¡Ay misero de mi, y ay, infelice!, decía Segismundo ante el desprecio del mundo. Ante la incertidumbre del motivo de su existencia prisionera de la soledad. Así estoy yo encerrada a voluntad en mi existencia, con el peso de mis perniciosos pensamientos encima de mis hombros, recordándome un día tras otro mis males. el peso de la carga, no me deja moverme, el peso de la carga me encalla cada vez más en la melancolía que me embarga.
El mundo me acosa me acecha, cualquier cosa que le ocurra a otro parece un éxito inalcanzable para mi, cuando me considero de espíritu fuerte e independiente. Pero ahora, las sombras me acosan tras las esquinas, los soliloquios de mi mente se buscan unos a otros, uniéndose en espirales descendentes de mi humor, contribuyendo solo a incrementar mi cinismo.
Cinismo, cualidad apreciada y valorada, surgida de la frustración de los verdaderos románticos, que anhelan sentimientos que su mente considera totalmente factibles en la sociedad moderna, pero que a mis actuales ojos, parecen verse extinguidos por la facilidad de la carne y los excesos de lujuria sin causa clara.
Romanticismo extinguido, lo que antes fueron grandes elegías al amor, por y para el ser humano y sus sensaciones, ahora no son más que tediosos y antiguos armatostes, que los pocos que quedamos arrastramos cual dinosaurio, que sabe que la extinción se acerca, al desplazar su osamenta en una fuga inexistente de la inexorabilidad de los cambios.
 Muchas veces mis palabras me asustan, no crean por ellas que son un anciano cantando a viejos amores, aun no he alcanzado la veintena y los tiempos pasados ya me seducen.
Vivo rodeada de un libertinaje que ha perdido el encanto de Casanova, que ya no tiene el resplandor que tuvo en épocas pasadas, cuando estaba prohibido, y mucho de prostitución y sordidez desmesurada. Cuando descubres que cada vez más jóvenes usan sin decoro o presencia de sonrojamiento palabras de lo más concienzudas y especificas. Llámenme cursi pero, creo que una cierta cantidad de timidez y de admiración por lo privado, no debería de perderse nunca. Hay cosas que solo se comparten en un pequeño circulo, y que se hablen en publico, a plena voz delante de 40 personas, yo sigo considerando inadecuado. Son mías y me gusta saberlas y disfrutarlas a mi, solo a mi y a los que le incumban. No con lo anterior quiero decir que se hayan de volver a considerar tabús, temas que con mucho esfuerzo se han conseguido liberalizar, solo creo que no deberíamos olvidarnos de la privacidad y de la seducción, de la importancia del significado de una caricia y, de no perder los sueños que significaban tanto y que en realidad consistían solo en la imagen de unos dedos recorriendo una espalda.
Las miradas han de seguir cambiando el mundo, la distancia, tiene que seguir produciendo tensión y deseo. Avanzamos inexorablemente hacia la dosificación de algo que siempre se debió reverenciar como una suma que conformara un todo. Conjunto de atmósfera, lugar, adecuación, sentimientos encontrados, tension pasion, comodidad y libertad, unidos a miedo o insaciabilidad, lo que cada uno considere, pues es libre de ello. Pero, que la historia haya sido movida muchas veces por los líos de camas más inesperados, no justifica que dichos temas sean tratados de forma tan cruda y poco evocadora, estamos perdiendo la humanidad del sexo, las imágenes que vendemos son solo cuerpos y nada más. Necesitamos reubicar muchas de las cosas que vendemos en las pantallas como amor, para no dejar que se marchite la idea y se piense anticuada por las generaciones futuras. Las geishas encendian pasiones enseñando su nuca y dejando entre ver sus muñecas, ahora ya te puedes poner medio desnuda en una foto y subirla a Internet sin que nadie se extrañe. Los punto extremos destrullen las civilizaciones, pensemos, eduquemos, y avanzaremos, no nos autodestruiremos, no robemos el significado a cosas tan hermosas por sobreexposición.

lunes, 17 de septiembre de 2012

17-09-2012

El avance de los minutos cada vez se diluye más en el tiempo. La distancia temporal y física no ha dado lugar al esperado olvido, solo ha contribuido a la soledad y la desesperanza.
Anelo miradas furtivas y respiraciones contenidas. Dedico las horas a la exaltación de lo que pudo ser y no fue, de los momentos que para mi significaron un mundo, pero que para ti no fueron más que una muesca en tu vida. Recuerdo tantas cosas, tantos gestos, miradas y palabras que durante días me dedique a desmenuzar con cuidado, hasta sacar la más nimia interpretación de lo ocurrido, y en las que ahora no veo más que casualidades. No me buscabas entre las demás, solo paseabas tu mirada entre las personas, a fin de que te resultases conocidas las caras. No mirabas inquisitivamente buscando una conversación, solo posabas la mirada sin intención. Los ojos de avidez que yo interprete, fueron curiosidad por las palabras, no delirios en mis labios.
Con la decisión de dejar de escrutar tus actos, nació la necesidad de saber que pasaba por tu mente, pese a que en todo momento he sabido que nunca seré capaz de averiguarlo. Ahora, el tiempo para que nos volvamos a ver se reduce al ritmo que llegan las lluvias, y la nostalgia se apodera de mi, haciéndome fantasear por el más inocente de los motivos. Sueño con el roze de tus manos, con la suavidad de tus palabras, con ese acento que tantos odian y que yo reverencio, con la calidez de tu aliento.... Los pensamientos me persiguen, me acosan, me atormentan y necesito exorcizarlos, contárselos al viento para que me libere de su pesadez y desgracia, para que me ayude a vivir en paz.